4 “En este tiempo mandó
llamar don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien -si es
que este título se le puede dar al que es pobre-, pero de muy poca
sal en la mollera. Al final, tanto le dijo, tanto le persuadió y
prometió, que el pobre aldeano decidió irse con él y servirle de
escudero. Le decía entre otras cosas don Quijote que se dispusiese a
ir con él de buena gana, porque alguna vez le podía suceder una
aventura en que ganase, en un quítame allá esas pajas, alguna
ínsula, y le dejase a él por gobernador de ella. Con estas promesas
y otras parecidas, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador,
dejó a su mujer e hijos y se asentó como escudero de su vecino.”
EL INGENIOSO HIDALGO
DON QUIJOTE DE LA MANCHA (Capítulo 7)
Miguel de Cervantes.
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