3. "Yendo, pues, caminando nuestro flamante aventurero, iba hablando consigo mismo y diciendo: - Quién duda que en los venideros tiempos, cuando salgan a la luz la verdadera historia de mis famosos hechos, el sabio mago que los escriba no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de mañana, de esta manera: "Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintores pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora..."
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA (Capítulo 2)
Miguel de Cervantes.
Miguel de Cervantes.
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