11 “En esto oyeron un
gran ruido en el aposento, y que don Quijote decía a voces:
- ¡Tente, ladrón,
malandrín, follón; que aquí te tengo y no te ha de valer tu
cimitarra!.
Y parecía que daba
grandes cuchilladas por las paredes. Y dijo Sancho:
- No tienen que pararse
a escuchar, sino entren a despartir la pelea o a ayudar a mi amo;
aunque ya no será menester, porque, sin duda alguna, el gigante está
ya muerto, y dando cuenta a Dios de su pasada y mala vida; que yo vi
correr la sangre por el suelo, y la cabeza cortada y caída a un
lado, que es tamaña como un gran cuero de vino.
- Que me maten –dijo a
esta sazón el ventero- si don Quijote o don diablo no ha dado alguna
cuchillada en alguno de los cueros de vino tinto que a su cabecera
estaban llenos, y el vino derramado debe ser lo que le parece sangre
a este buen hombre.”
EL INGENIOSO HIDALGO
DON QUIJOTE DE LA MANCHA (Capítulo 35)
Miguel de Cervantes.
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