8 “Ni por esas volvió
don Quijote; antes al contrario iba diciendo a grandes voces: - ¡Ea,
caballeros, los que seguís y militáis bajo las banderas del
valeroso emperador Pentapolín del Arremangado Brazo, seguidme
todos!. ¡Veréis cuán fácilmente le doy venganza de su enemigo
Alifanfarón de la Trapobana!.
Diciendo esto, se entró
por medio del escuadrón de las ovejas y comenzó a alancearlas con
tanto coraje y denuedo como si de veras alanceara a sus mortales
enemigos. Los pastores y ganaderos que venían con la manada le daban
voces de que no hiciese aquello; pero viendo que no aprovechaban, se
desciñeron las hondas y comenzaron a saludarle los oídos con
piedras como puños.”
EL INGENIOSO HIDALGO
DON QUIJOTE DE LA MANCHA (Capítulo 18)
Miguel de Cervantes.
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